martes, 2 de abril de 2013

Semana Santa 1


Ya me tocaba esta visita, la tenía en agenda. El Jueves Santo, regresando del centro, tras ver un par de pasos que sí salieron, Pasamos por La Florida. Todavía con las ganas de tomarnos un Champagne, decidimos entrar en Abantal 


En la barra nos ofrecieron un cava que estaban copeando y que estaba estupendo, acompañado de unos aperitivos muy buenos, tras dos copas decidimos hacer reserva para la comida del sábado. Lo cual resultó acertado culinariamente. A la entrada, todas las mesas de sala estaban ocupadas y había un buen ambiente, éramos 5 comensales y optamos por el menú de degustación: aperitivos, 3 entrantes, pescado, carne, intermezzo y postre. Lamento no anexar fotos de los platos, pero no las tomo a menos que me lo autorice el chef. Ciertamente tampoco lo solicité, ya que sólo conocía a Julio por referencia. He de decir, que la presentación de todos los platos fue de muy correcta a impresionante, así como su calidad y porción. Del servicio, con excepción del arranque, muy grato y correcto, tanto por el jefe de sala, como por el personal y sumiller. Aventurada, variada y completísima carta de vinos. Dado el misterio del menú, me decidí por un cava, quería un rosado pero tenían dos en carta y ambos estaban agotados, así que la sumiller me recomendó un Recaredo gran reserva 2004 que tenían en carta, xarello macabeo y chardonnay.


 Al servirse, le faltó algo de potencia, se formó una rápida espuma que desapareció igual de rápido y se apreciaban escasos rosarios, aunque de muy alta calidad y finura. De color amarillo ámbar con destellos atejados muy en línea con su edad. En nariz, una fiesta de aromas invitantes y en boca muy agradable y bueno. Esto nos duró hasta el tercer aperitivo, que fue un arroz caldoso con perdiz, quedando el pescado, una carne (que sería un solomillo ibérico) y los postres; así que opté por un vino que me gusta mucho, Marqués de Alella Allier 2010 (100% Chardonnay).
Fermentación y crianza sobre lías finas en barrica. Nuevamente no me decepcionó, al contrario me pareció superior al de la añada anterior. Vino de color amarillo pajizo con destellos y matices ámbar muy brillante, apariencia de alta untuosidad, gran complejidad aromática de floral/frutal lácticos y madera joven, en boca complementa la sensación olfativa y parece desarrollarse y adueñarse de todo el espacio bucal de una forma elegante y balanceada, dejando gustos de herbáceos y ligero balsámico con toque ahumado. Un gran vino.
El intermezzo, muy acertado y con la invitación de una copa de PX pasamos al postre y café, con la oportunidad de conocer a Julio, quien salió de la cocina a visitar a los comensales que quedaban en sala tras haber concluido el servicio.
En resumen, experiencia positiva. Sólo hay que considerar que los precios son elevados, por lo cual será un local para ocasiones especiales. Me encantaría que Julio y sus socios consideraran montar un local versión Bistro, con vista a captar al público de todos los días que busca esas pinceladas mágicas que ofrece Abantal.
Con eso concluyo esta entrada, ya que nos fuimos a Arcos de la Frontera el sábado y domingo. Con Visita a mi amigo Juan de El Castillo en Medina Sidonia.

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