martes, 26 de marzo de 2013

Comida en Eslava Sevilla



El viernes pasado, finalmente fuimos al Eslava, sitio del que tanto había oído pero aun no había ido. A la aventura y sin reserva a la llegada las cosas no pintaban muy bien la zona del bar estaba a tope y la de terraza, a pesar de que llovía interrumpidamente, totalmente llena. Entre al restaurante y afortunadamente había una mesa disponible la cual tome inmediatamente (por si a acaso) donde espere a Eva. He de decir que desde la entrada se respiraba mimo a los detalles, sala pequeña para 25 comensales (muy cómodos) con decoración minimalista  ultra correcta. Al llegar Eva nos presenta  la carta y nos da las sugerencias del día, Sixto, el propietario, de una manera que no hizo falta ver la carta. Decidimos comer para compartir y guiados por Sixto tomamos, de primero, unas anchoas y unos champignones rellenos, luego una merluza y para final un solomillo. Todo presentado a la perfección. Anexo foto del pescado:

Para el vino, me sentia aventurero y la cara de vinos tambien muy completa con un poco de todo y para todos. Ya que estábamos de degustación, empezamos con un blanco muy interesante del cual había oído algunas cosas buenas un Absum Varietals de bodegas Irius de Somontano.


Coupage Blanco de Chardonnay, Gewurztraminer y Pinot Noir. Un excelente y complejo blanco.
Amarillo pajizo brillante intenso con unos matices ámbar dominante y verduzcos de fondo. Ya en vista complejo a pesar de la iluminación del local. En nariz la indistinta llamada inicial de la Gewurztraminer que evoluciona correctamente para dar paso a los aromas florales y frutales de las otras variedades dominando la chardonnay. En boca de entrada fácil y paso agrandado con estímulos positivos y balanceados de dulces, amargos minerales y ácidos, para acabar con un despliegue de sabores y retro nasal con dominancia de frutos de bosque  posiblemente aportados por la pinot noir. Muy agradable y favorecedor para copear y acompañar casi cualquier plato, marido estupendo con las anchoas (fuertes) y las setas (muy delicadas) y se lucio acompañando a la Merluza. Pero a medio plato del pescado ya nos faltaba vino:




 Pensando que nos quedaba la carne y que en carta teníamos un Tinto de Ronda no me pude resistir, mas sin haberlo probado pero si había oído de su gran calidad y complejidad. La finca melonera es un proyecto de la mano de empresarios del vino catalanes en busca de grandes vinos de autor con variedades autóctonas. (Vinos de Chateaux). Payoya Negra 2009, Coupage de Garnacha y Melonera con complementos de otras variedades.
No defraudo, todo lo contrario, impresionante complejidad y reflejo de un gran trabajo, el buen gusto y el indiscutible sabor del terroir de ronda.
Tinto rojo picota de capa alta e intensa con matices algo violáceos, de gran untuosidad.
En nariz es un revoloteo de frutas maduras, flores, campo y balsámicos con sutil panadería y madera en evolución. En boca brillante alegre redondo y misterioso. Muy bueno. Definitivamente un vino para mantener muy presente excelente con la carne y un queso viejo que tomamos de postre. Los comensales de la mesa vecina, también de muy buen paladar, bebieron un carrovejas (no se la añada) pero lo decantaron y nos invitaron a probarlo, indiscutiblemente un gran vino. Para reciprocar, les pregunte si conocían los vinos de Ronda, dijeron que no, así que les dimos del Payoya Negra (otra oveja, jajaja) y quedaron gratamente sorprendidos, creo que lo pedirán muy pronto.
De postre Sixto nos invito a un tinto dulce de Rota






 Otro gran caldo de los difíciles pero muy grato, cabe decir que murió en la sobremesa muy dignamente.
Hasta la próxima

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