10/04/2014 11:00
Claustro de Santo
Domingo. Jerez de la Frontera.
Gracias a la
información de mi amigo y profesor, Antonio Suárez, me enteré del evento. Qué
satisfacción poder encontrar reunidas, en un solo espacio, las bodegas que
formaron parte del mismo, un real privilegio que pude disfrutar. Cabe destacar
la buena organización, desde la venta de entradas, al rápido registro con la
entrega en recepción de un catavinos personal Schott Zwiesel para la jornada. El evento
estuvo bastante concurrido y la afluencia de público fue en aumento a lo largo
del día. Anexo el listado de todos los participantes y luego procedo a
mencionar mis paradas con comentarios que, lastimosamente, no son todos los que
hubiera querido. El día se quedó corto, afortunadamente viajé en tren, así que
el retorno me sirvió de descanso.
Con un intuitivo
orden empecé mi recorrido:
“Recaredo” donde, además del gran brut nature, probé los
vinos tranquilos que hace la bodega y que está embotellando, uno sin barrica y
otro con ligera madera, he de decir, que me parecieron interesantes. De allí a
visitar a Antoni Pérez, de bodegas GRAMONA,
el Cava Imperial sigue siendo, sin duda, un referencial que no tiene
equivocación. De aquí fui a conocer a la bodega “Fernando de Castilla”, que llevaba en mi lista un buen tiempo,
tras haber probado algunas cosas especiales en Aponiente, fui muy grata y profesionalmente atendido por su
propietario y Master, Jan Pettersen, con quien degusté casi todos sus
productos; la gama Standard, para ellos, pero especial desde mi punto de vista,
la gama Antique que, desde su Fino Antiguo al PX, no dejó de impresionarme, y con
nota superior, el Palo Cortado, que puede ser el secreto mejor guardado de la
bodega. De los brandys solo caté olfativamente, pero me dejaron intrigado, por
lo que quedé con Jan en hacer una visita a la bodega, que cumplí pasadas dos
semanas.
A partir de aquí, empecé a buscar novedades, la primera, Bodegas las Moradas de San Martín, bodega de Madrid del grupo Enate, dedicada a vinos de garnacha, una garnacha muy especial. Presentando dos vinos de la añada 2007, Initio y Libro Siete – Las Luces. Los vinos mantienen la personalidad común del terroir con una distinción particular cada uno, por su vinificación. (Estaré visitando la bodega y viñedos a finales de junio).
Pasé a Bodegas Estefanía, Tilenus. Bierzo.
Grandes vinos que conocí en mi viaje a León el pasado año y no probaba desde
entonces, atendido por Pablo Frías, recorrí la gama presentada, comenzando por
el blanco 100% godello, un gran vino que transmite finura. Pasamos a los tintos
de Mencía, dos crianzas diferentes que me hicieron recordar mi viaje y el
chuletón que comí en El Capricho, y
finalmente un vino de pago de cepas viejas, terroir, vigorosidad y elegancia.
Dominio del Bendito, Toro. Atendido por Anthony Terryn, quien me
explicó el fondo de sus vinos y muy claramente su filosofía de que el buen vino
se hace en el campo. Desde un rosado verdadero, de al menos 80% tinta de Toro,
hasta el vino de alta gama, Titán del Bendito. Los vinos transmiten el buen
hacer y la personalidad de Toro. Los tintos con importantes taninos que indican
sus ganas de tener guarda.
Pases rápidos
por:
Bodegas Naia, ampliación de gama y recuperación de las líneas
de verdejo de hace tiempo. Tabula,
interesante alternativa en Ribera del Duero. Bodegas José Pariente,
apuesta segura en Rueda y alguna novedad. Bodega Belondrade, donde conocí a su propietario, Didier
Belondrade, que es un apasionado de sus vinos y del vino en general, en busca
de la elegancia. Ya de salida, Artomana
Txakolina, Txakoli de Álava, unos Txacolis algo más especiales que lo que
comúnmente conocía como txakoli, que creo
que puede funcionar bien con la dieta de la costa Andaluza.
De
aquí a la estación de tren para una merecida vuelta a casa. Siempre he pensado
que es sacrilegio escupir el buen vino cuando se cata, pero si vuelvo a este
evento creo que seriamente lo consideraré.
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